Este ciclo Canciones de la muerte, escrito en el año 1983, se compone de cuatro canciones cuyos textos también son de la compositora costarricense Rocío Sanz.
La primera se titula La muerte espera; la segunda, La fiera (Muerte inesperada); seguida de La muerte prevenida; y para finalizar, Arrullo.
En estas piezas se observan varias características generales: -lacónicas en su expresión, -su forma musical se acerca a la miniatura musical, -son atonales, -el texto literario juega un papel importante en la escogencia de los recursos musicales.
- La muerte espera
El texto de la primera canción es el siguiente:
La muerte espera en todos los recodos de la vida,
agazapada fiera, secreta y escondida.
La melodía con la que se comunica la primera estrofa del texto se extiende a lo largo de diapasón, sobrepasando la octava en la voz de la soprano. A su vez, los instrumentos de cuerda imitan la voz femenina y enriquecen sus posibilidades melódicas.
La segunda estrofa muestra dos características: la primera se presenta solamente en el compás once y emplea los siguientes recursos musicales: - un breve dibujo rítmico, contrastante en tesitura con la expresión precedente;
- énfasis en los matices: sforzando y súbito crescendo en las voces acompañantes. La segunda particularidad utiliza entonaciones descendentes en intervalos de segunda para representar las últimas palabras del poema, “secreta y escondida”.
-La fiera (Muerte inesperada)
A continuación el texto de la segunda canción:
Muerte violenta y súbita, fiera que salta desde su guarida.
La muerte inesperada nos desgarra las páginas del libro de la vida.
Rocío Sanz divide su miniatura musical en dos partes, ambas subordinadas al texto literario. En la primera sección, compuesta por ocho compases, se observa el cambio repentino de varios elementos musicales: grandes saltos en la melodía en varias voces, y contrastes en la dinámica y articulaciones instrumentales.
La segunda sección, escrita sobre las dos últimas estrofas del poema, tiene un carácter diferente, pues se contrapone a la primera en el tempo (poco meno mosso), en la dinámica (empieza con el matiz p después de ff), en la organización armónica (la utilización de acordes consonantes) y en la repetición de algunos recursos musicales. Estos últimos cumplen con un papel significativo en el proceso auditivo, proporcionando cierta estabilidad y tranquilidad en su apreciación.
- La muerte prevenida
La muerte prevenida, la que se ensaya, aquella que se espera,
la muerte prevenida es tan fuerte que la otra, la otra, es la misma.
El texto literario de la tercera canción condiciona la división de la pieza en dos partes de carácter repetitivo que aparece en la voz de la soprano. En esta obra se reiteran los recursos musicales presentados en la segunda parte de la miniatura anterior. Este elemento iterativo reafirma el texto del poema, en el sentido de que la muerte “es la misma que la otra”, donde “la otra” se refiere a la muerte musicalizada en el segundo poema.
- Arrullo
El engañoso arrullo de la fiera es la muerte que a todos nos espera y canta: ah, ah.
Aquí, el elemento musical que recibe mayor desarrollo es la entonación melódica compuesta por tres notas asociadas al género de canción de cuna.
Dicha entonación se envuelve con variados elementos que se alternan entre sí, entre ellos: -La utilización de la tonalidad de la menor y el acorde de dominante. -Las entonaciones cromáticas descendentes. -Los armónicos sobre el acorde de dominante en la voz del violonchelo. -La línea melódica ascendente, la cual subordina el texto literario y que denota la muerte que “a todos nos espera”.
Este análisis fue realizado por Ekaterina Chatski, musicóloga e investigadora.
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